Comprensión lectora
Lectura

5 consejos para mejorar la comprensión lectora

“La mayoría de las personas no saben leer, y la mayoría no sabe bien qué lee. Los unos ven en la lectura un camino fácil aunque ineludible hacia la ‘cultura’. Los otros consideran la lectura una diversión fácil, con la que matar el tiempo, y en el fondo, les es indiferente lo que leen con tal de que no les aburra”[1]. 

Hermann Hesse

Con las palabras de Hesse abro el artículo de hoy, sobre consejos para mejorar la comprensión lectora y una vez más, empiezo por las definiciones.

¿Qué es la comprensión lectora?

Por comprensión lectora se entiende la capacidad lingüística para interpretar cabalmente un texto escrito. En resumen, es la destreza para entender lo que leemos. Pero no parcialmente, es decir, atendiendo sólo a la semántica (significado) de cada palabra, sino el sentido global del escrito que estamos leyendo.

De ahí que «comprender» no sea lo mismo que «captar». La ‘captación’ hace alusión a una mera extracción de información. Mientras el acto de ‘comprender’ exige de nosotros como lectores, que entendamos la unidad del escrito y en suma, pongamos algo de nosotros en él: nuestras experiencias, conocimientos, sentimientos y críticas. De lo contrario, no se está leyendo, sino cometiendo un sacrilegio. Dice Hesse:

Cualquier pequeña poesía es ya una simplificación y una concentración de sensaciones humanas, y si al leer no tengo la voluntad de colaborar y participar con atención, soy un mal lector. La injusticia que cometo así con un poema o una novela, puede serme indiferente. Pero al leer mal, cometo sobre todo una injusticia conmigo mismo. Dedico tiempo a algo inútil, empleo fuerza visual y atención a cosas que no me son en absoluto importantes y que ya de antemano estoy dispuesto a olvidar rápidamente, fatigo mi cerebro con impresiones que no me sirven para nada y que no puedo digerir”[2].

En pocas palabras, la lectura sólo nos es útil cuando nos proporciona una chispa de vida, un fresquito rejuvenecedor que no nos empuja a escapar de la vida, sino a enfrentarnos a ella con mejores recursos y herramientas. De ahí la importancia de mejorar la compresión lectora.    

¡Ahora sí!, vamos a por los consejos.

Consejo 1

Si la comprensión lectora buscan mejorar, entonces no lean por leer, lean para entender. Vale decir, no lean por mera ‘diversión’ o por el hecho de que la “lectura ineludiblemente conduce a la cultura”. Claro, eso no implica que no puedan divertirse en el proceso, tampoco hay que ser tan rígidos, por Dios.

Diría Hesse, que la principal característica de una buena lectura, es el compromiso del lector con la obra que ante sus ojos se muestra. Entonces, permítanse cuestionar, dense tiempo de saborear cada palabra y que éstas los ayuden a escudriñar en los anales de su memoria. Para eso pasemos al…

Consejo 2  

Lean pausada y detenidamente. Aquí me pongo un poco tendenciosa, ya que no soy fan de los cursitos que dizque enseñan a leer rápido. En mi opinión, una lectura tipo liebre (rápida) nada deja, sólo lamentos. Al leer de esta forma, se concentran en la meta, que es finalizar el libro, pero no se detienen a mirar hacia los lados. Esto es, las ideas e incluso las palabras que desconocen y bien pueden ayudarlos a ampliar su léxico.

Entonces, si lo que quieren es una lectura eficaz, les recomiendo lo siguiente:  

Consejo (s) 3   

– Lean el título y los subtítulos. Ellos son la condensación o síntesis de la idea (o hipótesis) principal que conduce todo el texto.

– Empiecen la lectura del contenido y si no entienden, les recomiendo que regresen de nuevo al título y vuelvan a leerlo, porque será él quien les dará las pistas de lo que en el texto deben buscar. 

Lean y tomen notas, apunten citas de aquellas ideas que les parezcan relevantes, les hagan ruido o simplemente, no entiendan.

Ya me decía un viejo profesor, que si no hago esto, entonces será una lectura pérdida, ya que luego estarás: «¡sí!, yo leí tal y tal cosa en un lugar», pero la pregunta es: ¿dónde?, quizás aquella idea que robó tu atención se encuentra entre las doscientas páginas (o más) que leíste. 

«¡Anda pues!», me sugeriría irónicamente mi profesor, «vuelve a leer otra vez de principio a fin para encontrarla…»

-Si un párrafo no entendéis, no teman volver sobre él. La relectura siempre es importante, sobre todo luego del paso anterior. Me dirán, es un poco tedioso, sí, volver a releer, pero arroja el resultado buscado: comprender el escrito, ya que lo abordan con ideas mucho más claras.  

Puede que resulte un método un poco lento y que traiga como consecuencia el leer menos libros, pero parafraseando a  Hesse: “La vida es breve”, sí, pero “en el más allá no preguntan a nadie por el número de libros que leímos”[3]. Así que mejor concentrarse en lo que una buena lectura hará de nosotros en esta vida.

-Para cerrar este punto, les digo: el diccionario es nuestro mejor amigo. Se trata de una herramienta esencial para hallar el significado de aquellas palabras que encontramos en el texto y desconocemos. Ya los escucho: sabemos para qué sirve el diccionario. Pero lo que trato de transmitirles es que saber el significado de una palabra puede marcar la diferencia entre entender o no el contexto del escrito.

Consejo 4

Compartan y discutan sus lecturas con otros. Se trata de una buena práctica, ya que el intercambiar ideas u opiniones con otros sobre un mismo escrito, puede resultar en el descubrimiento de aspectos que pasamos por alto al leer.

Otra vez, siempre tomen nota de lo más relevante.  

Consejo 5

Para concluir:

-Lean en un lugar silencioso y con luz apropiada.

-Si están agotados o muy estresados, es mejor cerrar el libro y leer otro día. De lo contrario, leerán por leer y muy difícilmente les resulte amena la lectura.

-Es recomendable leer en la mañana, ya que se suele estar más activo a esas horas que en la noche.

-Es importante leer de vez en cuando en voz alta. Leer en voz alta nos permite una mejor retentiva del escrito, además que nos escuchamos a nosotros mismos y ayuda a detectar nuestros fallos al leer (ritmo de lectura, pronunciación, entre otros).

-¿Y por qué no?, acompañar la lectura con un buen café.

Referencias Bibliográficas

[1] Herman Hesse. “Sobre la lectura (1911) en Escritos sobre literatura, 1. Alianza Editorial. Madrid, 1983, p., 147.

[2] Ibíd., 147.

[3] Cf.: Ibídem.

Deja un comentario